Cómo el oro ha cambiado el mundo

El papel del oro en la historia no se limita solo al ámbito financiero. Durante siglos, el metal amarillo ha inspirado a la gente a explorar y conquistar nuevas tierras. Muchas megaciudades nunca habrían aparecido en el mapa si no fuera por el oro.

Veamos qué cambios han tenido lugar en diferentes partes del mundo bajo la influencia del metal precioso.

Brasil

En la década de 1690, cuando Brasil todavía era una colonia portuguesa, en el futuro estado de Minas Gerais (que se traduce del portugués como "minas principales") fue encontrado un gran yacimiento de oro. Enormes cantidades de gente abandonaban las ciudades del noreste y se iban a buscar fortuna en las minas. En 1725, la mitad de la población del Brasil ya vivía en las zonas auríferas del sudeste. En un par de décadas, Río de Janeiro se ha convertido en una gran ciudad, y en 1763 fue declarada la nueva capital y mantuvo ese estatus hasta 1960.

La fiebre del oro* brasileña fue la más grande de la historia: en ella participaron alrededor de un millón de personas, proporcionando un enorme flujo de dinero a la economía local.

En la foto: hoy en día, las minas de Minas Gerais están abiertas a los visitantes.

América del Norte

En este continente, la fiebre del oro ha estallado con regularidad. La producción del metal amarillo ha llevado a la aparición del Estado de Colorado en los Estados Unidos y de la provincia de Columbia Británica en Canadá.

La más famosa fue la fiebre del oro de California, que comenzó en 1848 y gracias a la cual, California se convirtió en una región próspera y se hizo parte de los Estados Unidos con arreglo al procedimiento acelerado. En solo cuatro años, la población del estado aumentó 18 veces. San Francisco y Los Ángeles de pequeños asentamientos se convirtieron en ciudades de rápido crecimiento. Hasta el día de hoy, California es el estado más rico y exitoso de los Estados Unidos, al que incluso la Asamblea Legislativa le dio el apodo de "El Estado Dorado".

En la foto: San Francisco en medio de la fiebre del oro en 1851. Algunos barcos tenían que esperar su turno en el puerto durante unos días para que sus pasajeros pudieran desembarcar. 

Australia

El descubrimiento de yacimientos de oro a mediados del siglo XIX ayudó a la colonia británica a superar la pobreza y convertirse en un lugar atractivo para vivir. El estado de Queensland logró evitar la bancarrota y pagar sus deudas. La ciudad de Melbourne se ha convertido en una de las más grandes del Imperio Británico y de todo el mundo. En los 20 años de la fiebre del oro, la población de Australia se triplicó, en el país se construyó una red ferroviaria y se realizaron importantes reformas sociales y políticas.

En la foto: buscadores de oro australianos del siglo XIX.

Sudáfrica

En 1886, en las montañas de Witwatersrand fue encontrado el oro. Los mineros, que llegaron allí, fundaron el asentamiento de Johannesburgo. Para abastecer la ciudad en rápida expansión de carbón, desde las minas de Boksburg fue construido el primer ferrocarril en Sudáfrica. Hasta el día de hoy, Johannesburgo sigue siendo la ciudad más grande de Sudáfrica y su centro financiero y económico.

En la foto: Johannesburgo es una metrópoli creada gracias al oro.

Es imposible imaginar la historia de la humanidad sin el metal amarillo. Los descubrimientos geográficos, el desarrollo de la industria, la transformación económica se deben en gran medida al oro. Y en el siglo XXI, este no ha perdido importancia como activo protector para garantizar la Seguridad Financiera.

Al igual que en los viejos tiempos, el metal noble es una fuente de prosperidad para millones de personas. Hoy ya no es necesario ir a las tierras lejanas y trabajar duro en las minas. Las modernas tecnologías de Internet permiten obtener el oro físico, usando solamente la propia mente. Cualquier persona en cualquier país puede convertirse en un buscador del oro de la era digital y mejorar su bienestar con la ayuda de un tesoro que ha cambiado el mundo.

Glosario:

*La fiebre del oro es la extracción masiva y desorganizada de oro en yacimientos recién descubiertos.